Recordando el Cine Revolucionario de Pino Solanas


Fernando Solanas

Perón se dio cuenta de La hora de los hornos: fue una de las primeras películas en ofrecer apoyo crítico a su gobierno. Le gustó tanto que accedió a que lo filmáramos mientras hablaba de su carrera política. Pero nos tomó tres años hacer la película, toda la situación en España con [Francisco] Franco era muy complicado.

Las dos películas que surgieron de ese encuentro fueron de enorme importancia. Fueron proyectados miles de veces en Argentina y se convirtieron en un arma importante en la batalla final que finalmente derrocó a la dictadura de [Alejandro Agustín] Lanusse.

Eso fue en 1971, y ese mismo año toda la dirección política argentina, peronista o no, viajó a Madrid. Allí, Perón llamaba a organizar un frente único. Su idea era que el frente incluyera incluso a los partidos que habían colaborado en su derrocamiento. Su razonamiento era que era mejor neutralizarlos dentro del frente que dejarlos pasar al lado de la dictadura.

Explicó su lógica para el frente en términos muy claros: puedes elegir neocolonialismo o liberación. Y Perón, de hecho, tenía sus propias teorías sobre lo que significaban esos dos términos.

Durante ese mismo período Perón estaba desarrollando su Plan Trienal. Si alguien hoy en la Argentina implementara esa política bien podría llamarse León Trotsky: estatización de los depósitos bancarios, estatización del comercio exterior, estatización del Banco Central.

¿Quién fue Perón, podrían preguntarse? Perón representa una línea de continuidad con los líderes independentistas revolucionarios de América Latina. Algunas personas no entendieron, y todavía no entienden, su nacionalismo: se redujo fundamentalmente a reconocer la diferencia entre el nacionalismo de las naciones oprimidas y el de los opresores.

Lo que quizás sea más difícil de entender para la gente es que teníamos en muy alta estima a Perón como teórico político. Nuestros camaradas europeos especialmente nunca podrían entender eso. Pero la izquierda europea debería recordar volver a 1945, cuando los Aliados llegaron a París. Esa misma semana Francia bombardeaba Argel, luego Indochina, África y así sucesivamente.

mao [Zedong], [Gamal Abdel] Nasser, y [Jawaharlal] Nehru aún no había llegado al poder. Perón fue el único que en ese momento denunció lo que llamó los “dos imperialismos”: el soviético y el estadounidense. La diferencia entre el capitalismo individualista en Occidente y el capitalismo de Estado en la Unión Soviética no era tan grande a nuestros ojos. Ambos oprimían a su pueblo, sentimos.

Lo que estoy describiendo es esencialmente la “tercera posición” de Perón, que es mucho más que evitar la influencia de uno u otro lado. [in the Cold War]. Argentina fue el primer país en poner en práctica convenios colectivos de trabajo universales. La constitución de 1949 adoptada bajo Perón fue la más progresista existente en el Tercer Mundo. Estableció explícitamente que el capital privado tiene que cumplir una función social. Sería difícil exagerar cuán avanzada era esa constitución; planteó muchas de las mismas cuestiones que luego serían abordadas por las Naciones Unidas. También llamó a la nacionalización de los servicios públicos y dijo que todos los recursos naturales en el sector energético serían propiedad inalienable de la nación.



Fuente: jacobin.com




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