Fuente de la fotografía: José Fuertes – https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/

Los delegados leales al presidente Luis Arce dominaron el X Congreso del Partido Movimiento al Socialismo (MAS) de Bolivia celebrado en El Alto a principios de mayo. Seleccionaron a Grover García, jefe de una agencia gubernamental y ex miembro de un sindicato de trabajadores agrícolas, como nuevo líder del MAS, reemplazando al ex presidente Evo Morales en esa capacidad.

Otra reunión del MAS el 10 de junio tendrá lugar en Cochabamba para elegir a otros líderes del Partido. Uno más, un “congreso de unidad”, tendrá lugar allí el 10 de julio, en territorio amigo de Morales. Él condiciones no queda eliminada su participación en el Partido MAS y su propia candidatura presidencial para 2025.

La división dentro del Partido MAS es una buena noticia para el gobierno estadounidense. Se había opuesto al poder político del MAS desde el comienzo del gobierno progresista de Morales en 2006 hasta que un golpe respaldado por Estados Unidos lo derrocó en 2019.

Morales, el primer presidente indígena de Bolivia, conservó el apoyo popular durante todo su mandato. Su gobierno superó repetidos ataques de fuerzas políticas oligárquicas, racistas, separatistas y aliadas de Estados Unidos basadas principalmente en los departamentos orientales de Bolivia, notables por sus ricos depósitos de petróleo y gas y su agricultura a escala industrial. Los gobiernos del MAS, con Luis Arce como ministro de economía y finanzas públicas, lograron avances sociales, redujeron la pobreza, nacionalizaron la extracción y producción de petróleo y gas, llevaron a cabo reformas agrarias y elevaron el estatus de la población indígena mayoritaria de Bolivia.

El gobierno de Estados Unidos ha observado inmensos depósitos de litio en Bolivia y ha expresado preocupación por los avances económicos de China; un comentarista señala que, a partir de 2017, “China se ha convertido en el principal contratista y fuente de financiamiento para el proyecto de desarrollo nacional liderado por el Estado de Bolivia”.

Que el presidente Luis Arce haya obtenido una mayoría del 55% de los votos el 19 de octubre de 2020 para restaurar al Partido MAS en el poder también es preocupante para los funcionarios de Washington. En octubre de 2022, su gobierno movilizó el apoyo popular para derrotar un levantamiento de oposición liderado por políticos reaccionarios en Santa Cruz y otros departamentos orientales. La victoria elevó el atractivo de Arce tanto para los funcionarios del gobierno como para los activistas del MAS.

La división entre las dos alas del Partido, que se ha ampliado en dos años, es muy visible. Entre enero y marzo se produjeron bloqueos de carreteras, huelgas y manifestaciones llevadas a cabo por “facciones radicales del movimiento MAS lideradas por el expresidente Evo Morales”. La creciente inflación, la reducción de la producción de gas y petróleo, la caída de las reservas de divisas y la escasez de combustible y alimentos aumentan la vulnerabilidad del MAS.

Un gol de los 10th El Congreso del Partido MAS fue el de cumplir con los requisitos constitucionales para el funcionamiento ordenado del partido. Estuvieron presentes observadores cuyos informes al Tribunal Supremo Electoral (TSE) le permitirían certificar las “resoluciones del cónclave arcista”..Pero un fallo adverso ahora y dos más en el futuro privarían al Partido MAS de su “personalidad judicial” y descartarían una futura participación electoral.

La democracia está en riesgo. La periodista Tatiana Castro afirma que los movimientos sociales, “pilares que sostienen al MAS en el poder”, son “fundamentales para garantizar la gobernabilidad… [and] parte de la dinámica democrática”. Dentro del propio Partido MAS, los movimientos sociales están divididos.

Los integrados por residentes urbanos e indígenas aymaras del altiplano boliviano se inclinan por el presidente Arce. Otros que apoyan a Morales son federaciones de pueblos indígenas de las regiones tropicales de Bolivia. Castro considera que las dos facciones compiten dentro del aparato estatal no por ideología sino por “beneficios, ventajas, beneficios y nominaciones”.

El presidente Luis Arce advirtió el 18 de mayo que “la derecha se está agudizando de cara a las elecciones del próximo año”. Denunció como “bloqueo económico” la reciente negativa del Senado boliviano a autorizar préstamos externos. Reunidos recientemente en Estados Unidos, los políticos de oposición de extrema derecha se estaban “uniendo contra el MAS”, afirma.

Morales advirtió que el reconocimiento del TSE al Congreso de El Alto, partidario de Arce, significaría “genocidio contra el movimiento indígena”. Instó a sus seguidores a “tener paciencia”, a no recurrir más al bloqueo de carreteras y a esperar luchas legales.

Entrevistado, Morales se refirió a una grabación de audio de declaraciones de la encargada de negocios de Estados Unidos en Bolivia, Debra Hevia. Sus comentarios, supuestamente filtrados el 27 de abril, pueden llegar aquí. Incluyen mencionar que “venimos trabajando desde hace mucho tiempo para lograr un cambio en Bolivia, el tiempo es vital para nosotros, pero para que sea un cambio real, Evo y Arce tienen que dejar el poder y cerrar ese capítulo”. Un informe posterior atribuye la voz de Hevia a la inteligencia artificial.

Semanas antes, un inflamatorio artículo de La misma plataforma con filtraciones, El Radar, ya había resonado en toda América Latina. Explica que “Información filtrada desde la Embajada de Estados Unidos en Bolivia, sistematizada… por el Centro de Estudios Geopolíticos Multidisciplinarios (CEGM) revela un nuevo plan de Estados Unidos”. El artículo incluye un documento titulado: “América Latina en el ojo de la tormenta. Posible victoria de Estados Unidos y recolonización de América Latina (Plan Simón Bolívar)”.

El origen del Plan no está claro. Nuestra búsqueda en Internet del CEGM no proporcionó ninguna información. El artículo y el documento citan serias amenazas a la hegemonía mundial de Estados Unidos planteadas por China, India, la propia alianza BRICS y por el “poder económico”. [for Latin America] a través del comercio con los dos gigantes asiáticos, China e India”.

En cuanto a las recomendaciones del artículo para Bolivia: “la estrategia estaría centrada en sus recursos naturales y en la consolidación de un gobierno servil y de derecha”, y en la ruptura del movimiento político MAS. Menciona “Debra Hevia, la nueva estadounidense gerente de negociosquien se ha estado reuniendo con diferentes partidos y organizaciones de todo el país”.

Un informe sobre el supuesto Plan Simón Bolívar acusa a Hevia de “haber iniciado una nueva fase de guerra híbrida cuyas políticas son las de ‘cambio de régimen’ en el marco de las elecciones presidenciales de 2025”. El diplomático Hevia reemplaza al embajador de Estados Unidos, ausente en Bolivia desde 2008. Evo Morales expulsó al último embajador, Philip Goldberg, alegando actividades intervencionistas.

Entre los aspectos reveladores de la obra y la historia de Hevia se encuentran estos:

  • Trabajó en el Centro de Operaciones del Departamento de Estado que se encarga del trabajo de inteligencia y contrainsurgencia.
  • Estacionada en Nicaragua, ayudó a organizar que grupos de oposición se unieran al fallido intento de golpe contra el gobierno de Daniel Ortega en 2018.
  • Durante una estancia anterior en Bolivia “buscó reconstruir el brazo armado del [fascist-inclined] Organización Juvenil de Santa Cruz” y organizó la financiación de las actividades de Svonko Matkovik, “anteriormente encarcelado por actividades terroristas contra Morales”.
  • El marido de Hevia, un boliviano, es un ex agente de la DEA. Debió haberse “reencontrado con sus contactos y viejos conocidos” a su regreso a Bolivia, especula el periodista Martín Agüero. Morales expulsó a la DEA de Bolivia por actividades intervencionistas en 2008.

Prevalecen las incertidumbres. El origen de las reveladoras filtraciones atribuidas a la Embajada de Estados Unidos es oscuro. Con las elecciones acercándose, las dos alas del Partido MAS están muy alejadas.

Al declarar inválido el recién concluido Congreso del MAS, el TSE rechazó el 23 de mayo la elección de Grover García como líder del partido, dejando a Morales a cargo. El TSE había invalidado previamente el Congreso celebrado por la facción de Morales en octubre de 2023.

García le dijo a un periodista que después se había instado a Evo Morales a unirse al Congreso más reciente. Morales reitera que la reunión prevista para el 10 de julio en Cochabamba será un “congreso de unidad”, aunque es poco probable que el TSE falle a su favor. Entendiendo el asunto, el servicio de noticias La Razón ve al MAS como “atrapado en un círculo vicioso”.

Source: https://www.counterpunch.org/2024/05/27/us-interventionists-busy-in-bolivia-as-political-crisis-looms/



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