Foto de Oxana Melis

El 6 de enero, la CTV de Canadá publicó una historia sobre el robo de paquetes en Montreal Oeste, un suburbio de Quebec. La “piratería de porches” (apoderarse de paquetes dejados en las puertas por los servicios de entrega) no es sólo un problema canadiense, por supuesto. Se ha vuelto endémico en las sociedades occidentales prósperas, particularmente en áreas densamente pobladas con puertas de entrada ubicadas a una distancia conveniente de las calles y aceras.

Sin embargo, lo que llamó la atención en todo el mundo con esta historia en particular fue una nota de advertencia de la policía provincial de Quebec, que decía a las víctimas que no publicaran imágenes de cámaras de timbre o videos de piratería en los porches en las redes sociales.

“No puedes publicar las imágenes tú mismo”, dijo el oficial de comunicaciones de la policía, el teniente Benoit Richard, “porque debes recordar que en Canadá tenemos una presunción de inocencia y publicar esa imagen podría ser una violación de la vida privada”.

Pero, ¿entrar en los porches de otras personas y robar sus cosas es realmente una actividad “privada”?

¿Y registrar (y, si uno así lo decide, compartir) lo que sucede en la propia propiedad, o en la propiedad “pública” visible desde la propia propiedad, viola la expectativa razonable de privacidad de alguien?

Yo respondería “no” a ambas preguntas y sospecho que usted también lo haría.

Además, la presunción de inocencia es un concepto para los jueces y jurados en los procedimientos judiciales, no una prohibición para que las personas recopilen y compartan información que luego podría usarse para cuestionar la presunción.

Sin embargo, en aras del argumento, aceptemos la afirmación de que salir corriendo de la acera, subir las escaleras de su porche, agarrar la caja de Amazon con un nuevo par de zapatos que ordenó como regalo de cumpleaños para su suegra adentro , y huir es, en igualdad de condiciones, una actividad “privada” que no tienes derecho a registrar ni comentar públicamente.

Me parece que todo lo demás debe ser explícitamente desigual… y hay una aplicación para eso: “términos de servicio”, por así decirlo.

Algún empresario emprendedor debería vender pequeñas placas para exhibirlas de manera destacada en las puertas de entrada o en las barandillas del porche:

AVISO: ENTRAR A ESTA PROPIEDAD CONSTITUYE UNA RENUNCIA A TODOS LOS DERECHOS, INCLUYENDO LOS DERECHOS DE PRIVACIDAD PERSONAL, CON RESPECTO A FOTOGRAFÍAS, GRABACIONES DE VIDEO O GRABACIONES DE AUDIO QUE ESTABLEZCAN ROBO, DAÑO A LA PROPIEDAD U OTRA ACTIVIDAD CRIMINAL.

Tal vez una versión más corta funcionaría, pero ya te haces una idea (¿ves lo que hice allí?), al igual que cualquier posible ladrón.

Si estas placas llegan al mercado a un precio razonable, sin duda compraré una. Y muéstralo, si no te lo roban primero.

Source: https://www.counterpunch.org/2024/01/22/do-we-need-terms-of-service-for-porch-pirates/



Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *