Jule Goikoetxea

En las décadas de 1980 y 1990, el movimiento feminista surgió de las organizaciones orgánicas de la izquierda, sobre todo de las organizaciones de la izquierda “abertzale” (soberanista vasca). A partir de ahí, en el nuevo siglo, el feminismo empezó a organizarse a nivel nacional de forma totalmente autónoma. Ha ganado fuerza como movimiento que no está asociado orgánicamente con ningún partido, sindicato ni ninguna otra cosa.

En los últimos diez o quince años, el movimiento feminista siempre ha buscado politizar todos aquellos temas que habían sido condenados al ámbito privado, que son prácticamente todos los temas que afectan a las mujeres. Lo que hizo el movimiento fue socializar y politizar temas como la violencia machista, la división sexual del trabajo, la sexualidad y el trabajo no remunerado, lo que lleva años de trabajo y es la base de la huelga general feminista de 2023.

La cuarta ola feminista llegó aquí entre 2013 y 2015, justo después de la gran crisis financiera. El primer auge de esta cuarta ola en España se produjo cuando Alberto Ruiz-Gallardón, ex alcalde del Partido Popular (conservador) de Madrid, propuso reformar la ley del aborto. Hubo enormes movilizaciones en todo el territorio español y también en el País Vasco.

De ahí surgieron muchas organizaciones feministas. En este momento son alrededor de doscientos. Si 2015 fue el pistoletazo de salida, el movimiento despegó con la primera huelga feminista internacional el 8 de marzo (Día Internacional de la Mujer) de 2018. Aquello marcó un punto de inflexión.

Al mismo tiempo, es importante entender que el País Vasco tiene sus propios acontecimientos politizadores muy importantes. El movimiento aquí se ha expandido y desarrollado mucha fuerza después de que Euskadi Ta Askatasuna (o ETA, el movimiento independentista vasco) dejara las armas. [in 2011]. De repente, se pudo hablar de muchas cosas y que otros temas cobraran protagonismo.

En 2014, el movimiento feminista comenzó a organizar grandes manifestaciones nocturnas que se celebraban antes de las fiestas anuales de los pueblos, normalmente en verano. Nos cubrimos la cabeza con un pasamontañas, como antes hacía ETA, y salimos con fuego, antorchas, tambores y cánticos. El primer lema fue “el miedo va a cambiar de bando”.

Desde entonces hasta la primera huelga feminista en 2018, el movimiento feminista intervino en el discurso en torno a la resolución del conflicto armado. Dijimos un lema que todavía se usa todo el tiempo en el movimiento feminista vasco, que es “ésta no es nuestra paz”. Porque cuando los hombres se matan entre sí se llama guerra o conflicto político, y cuando los hombres acuerdan dejar de matarse entre sí se llama paz, pero las mujeres son asesinadas continuamente por los hombres, y a eso no lo llamamos conflicto político o guerra.

Así, tras la primera huelga de 2018, hubo una segunda el 8 de marzo de 2019. Toda la organización necesaria para estas huelgas ha impactado en la naturaleza del feminismo vasco, y paulatinamente el movimiento se fue reorganizando, dejando atrás las formas de militancia y organización. Modos del siglo XX. En 2019 se celebró el Congreso Nacional de Feministas de Euskal Herria, donde se reunieron tres mil mujeres, y podemos decir que este es el inicio del feminismo vasco del siglo XXI.

Luego tuvimos la pandemia. Eso puso en primer plano todo el trabajo que realizan las mujeres. Porque todo lo que los capitalistas consideran necesario para crear plusvalía fue cerrado, mientras que también hay empleos que no se pueden detener porque la supervivencia humana depende de ellos. La gente empieza a darse cuenta de que todos esos trabajos esenciales los realizan las mujeres y están relacionados con lo que se ha llamado “cuidados”, todas aquellas tareas que se realizan para la reproducción de la vida. Este es un trabajo realizado por mujeres, y por eso se hace en condiciones subalternas, pagando muy poco o nada.

Entonces en 2020, en medio de la pandemia, se inició un proceso en todo el movimiento feminista para abordar el tema de los cuidados, ponerlo en primera línea y por ende hacer huelga para abordarlo. Podemos decir que esos tres años del 2020 al 2023 el movimiento estuvo aprendiendo y enseñando sobre el tema del cuidado. Así es como llegamos aquí.



Fuente: jacobin.com



Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *